
Ya hemos introducido los fundamentos en los que se basa el principio de Pareto y la posible aplicación de este principio en los análisis ABC de negocio.
Esta entrada es la primera de un grupo de tres y en ella ahondaremos algo más en cómo realizar los análisis ABC, siguiendo estos nueve pasos.
- Modifique sus objetivos de nivel de servicio en función de los elementos ABC
- Modifique sus políticas de inventario en función de los elementos ABC
- Modifique sus previsiones en función de los elementos ABC
- Ejecute y revise el análisis ABC en varias unidades de medida
- Gestione eficientemente. Dedique más tiempo a sus elementos A
- Añada dimensiones adicionales a su análisis, combinando nuevos datos con sus elementos ABC
- Vuelva a ejecutar el análisis ABC con un rango diferente de datos
- Ejecute el análisis ABC para un periodo específico
- Añada análisis XYZ
Comencemos con los tres primeros:
Modifique sus objetivos de nivel de servicio en función de los elementos ABC
Normalmente ninguna empresa se queda sin stock en sus productos, al menos en los de venta habitual. Sin embargo tampoco debemos abastecernos de dichos productos de forma indiscriminada hasta no llegar a unos niveles de inventario determinados.
El desafío consiste en determinar el nivel óptimo de inventario. Así, definir los objetivos de niveles de servicios de productos ayuda a conseguir, consecuentemente, los niveles de inventario apropiados. Aunque conseguir el 100% de servicio debe ser considerado algo así como obtener el Santo Grial, debe considerarse cuáles son las inversiones adecuadas al nivel del servicio a establecer.
Considere la posibilidad de una estrategia de nivel de inventario estratificado, con estratos que varían según el elemento de ABC. Los niveles específicos variarán de acuerdo a la naturaleza competitiva de su negocio y lo que su empresa puede permitirse. Para empezar, deberá tener en cuenta lo siguiente:
- Elementos A: 98% de servicio.
- Elementos B: 95% de servicio.
- Elementos C: 90% de servicio.
- Elementos D: 75% de servicio.
Modifique sus políticas de inventario en función de los elementos ABC
Una vez establecidos los objetivos de niveles de servicios, el siguiente paso es traducir estos objetivos en stocks mínimos o periodos de reaprovisionamiento óptimos. Este documento no pretende ser una introducción a los cálculos de stocks mínimos, por lo que solo diremos que lo único que es necesario saber es que cuanto más alto es su objetivo de nivel de servicio, mayor será la inversión a realizar en inventario para asegurarse de que lo cumple.
No trate a todos los elementos con igual consideración ni los maneje con la misma línea de política de inventario. Si los elementos A son los elementos más críticos para su negocio y usted y sus clientes tienen expectativas más altas de nivel de servicio para estos elementos, muy probablemente se justifique una inversión en inventario más importante. En el otro extremo, en el caso de los elementos C y D, que son los elementos menos importantes, es probable que pueda permitirse el riesgo de agotamiento de las existencias en algún período.
Modifique sus previsiones en función de los elementos ABC
La mayoría de los sistemas de previsión utilizan un proceso de auto-selección en el que la mejor fórmula para cada elemento se selecciona automáticamente. Las previsiones se calculan teniendo en cuenta la demanda histórica real y la fórmula con el menor error – o el mejor ajuste – es la que selecciona para pronosticar cada elemento.
Si bien este enfoque ayuda a asegurar que el sistema de predicción óptimo se aplique para cada producto, la incorporación de las diferentes estrategias de prospección realizadas para los elementos ABC agrega un grado de inteligencia en el proceso de pronóstico.
Los elementos A, por lo general, son elementos de gran volumen y a menudo son los más fáciles de pronosticar. Considere la posibilidad de dar rienda libre a su sistema para los elementos A y B. Con la previsión en función del histórico de demanda real, casi siempre se encuentra una fórmula, en particular para los elementos A. Para los elementos C, esta previsión podría ser un poco más errática e impredecible que utilizar fórmulas en donde intervengan medias de demandan que suavizan los impactos de fluctuaciones.
Es posible que desee considerar la posibilidad de no realizar previsiones para elementos D. En su lugar, podría ser más eficaz simplemente actualizar de manera periódica los stocks mínimos, por tratarse de elementos cuya demanda es baja y lenta.
Imagen: Fotolia
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