software estándar

¿Software estándar o a medida?

En un anterior artículo hablé de cómo elegir el software adecuado a nuestra empresa, la importancia de saber que el tiempo y el dinero dedicado a la elección no debe ser visto como un gasto sino como una inversión y algunas claves a tener en cuenta a la hora de tomar nuestra decisión.

El siguiente paso y quizás el más difícil será buscar el producto que cubra nuestros requerimientos y el proveedor que pueda implantarlo con éxito. Una de las primeras preguntas que se plantean en este momento suele ser: ¿debo adquirir un producto estándar o realizar un desarrollo a medida?

Para la mayoría de los sectores existen multitud de aplicaciones estándares con varios niveles de funcionalidad y precios. Estas aplicaciones suelen estar suficientemente probadas y es fácil evaluar, mediante la aportación de referencias, cual es su efectividad real. Además, los procedimientos que implementan suelen estar avalados por varios años de experiencia y el filtro de las implantaciones realizadas anteriormente, cuestión que nos puede ayudar a evaluar la madurez de nuestros propios procedimientos.

Pero no todo son beneficios. En muchas ocasiones, se trata de productos cerrados o con poca posibilidad de configuración y es posible que parte de su funcionalidad no se adapte a aquellos procesos que consideramos críticos para nuestra organización. En este caso, somos nosotros quienes debemos adaptarnos a la funcionalidad aportada por el producto y esto no siempre es lo deseable.

Por el contrario, los desarrollos a medida, si contamos con los procedimientos a implementar de forma explícita y documentados con la suficiente claridad, pueden ser una opción a estudiar. En este caso la solución se adaptará perfectamente a nuestros requerimientos, y se dispondría de la flexibilidad necesaria para que la herramienta se adaptase a los posibles cambios de estrategia de nuestro negocio.

Cobra especial importancia en este sentido la correcta elección del proveedor, pues se convertirá en un socio más de nuestra organización y su confiabilidad, respuesta y profesionalidad son valores que pesarán también en nuestra cifra de beneficios.

La mala noticia son los costes. En la mayoría de las ocasiones, estos proyectos tienen unos costes considerablemente elevados respecto a las soluciones estándares, sin contar con el tiempo que personas de nuestra organización deben dedicar al proceso de implantación, pruebas y ajuste de la solución, hecho que se traduce igualmente en dinero. Hacerse un traje a medida siempre será mucho más caro que comprar un traje ya confeccionado.

¿Cuál sería entonces la solución ideal? Pues una solución intermedia buscando lo mejor de cada opción, es decir, una solución estándar con suficientes implantaciones en el mercado que la avalen y que permitan, bien mediante la configuración de la misma, o bien mediante el desarrollo de pequeñas adaptaciones, se adapte a nuestros procesos de negocio. Es decir, comprarnos un traje ya confeccionado al que podamos subirle el dobladillo o estrechar de aquí o de allá para que nos siente mejor.

 

Imagen: Fotolia

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José Manuel Sola
jsola@noray.com