01 May ¿Qué puede aportar la tecnología a una pyme?

Resulta extraño lanzar esta pregunta a la Red cuando sabemos que hasta la más pequeña micropyme nos está leyendo en su ordenador personal o su dispositivo móvil. Pero la realidad es que la tecnología puede adoptar muchas formas, en software o hardware, y no todas son necesarias o rentables para todas las empresas. La pregunta que una pyme debe hacerse es ¿qué me puede aportar la tecnología?

Los distintos sectores de actividad presentan exigencias diferentes en lo que a tecnología se refiere, esto parece evidente. Del mismo modo que una fábrica de electrodomésticos debe invertir en tecnología de producción, un hotel debe hacerlo en un software de gestión que le permita controlar todos los procesos y tener una visión integral de su negocio.

Pero en ocasiones las pymes piensan que su tamaño no justifica invertir en tecnología, posiblemente porque automáticamente piensan en ‘costes elevados’. Ante todo deben entender que la tecnología no siempre ha de asociarse a maquinaria, este punto ha de quedarles claro. Tecnología también es el software que les ayuda a gestionar su negocio, las aplicaciones que les permite integrarse con sus proveedores o sus clientes o el portal web que les permite vender online sus productos o servicios.

Hoy en día es el software el que puede marcar la diferencia. Y los responsables de una pyme deben plantearse esta decisión siempre en términos de rentabilidad, productividad y eficiencia, de acuerdo a las necesidades de su negocio y su situación en el mercado.

La tecnología es un recurso que debemos entender como una herramienta de trabajo: para tomar decisiones sobre nuestro portafolio, ocuparnos de la facturación, atender a nuestros clientes y relacionarnos con ellos, diseñar nuestra comunicación, integrarnos con proveedores y colaboradores o coordinar a nuestro equipo de ventas. Esto es sólo un ejemplo. Una o varias soluciones perfectamente integradas en nuestra pyme nos ayudarán a resolver un problema de una forma más eficiente. Aquí está la clave de la competitividad en los tiempos que corren, sobre todo si estamos operando en un sector de actividad complejo o competido.

Ahora bien, después de varias décadas de experiencia trabajando con software de gestión para pymes hemos visto a las empresas caer en muchos errores a la hora de dar el salto tecnológico. Aquí van algunos de ellos:

• No existe el software ‘para toda la vida’. Puede parecer evidente pero no siempre lo tenemos claro. Las aplicaciones tienen un ciclo de vida determinado y deben irse actualizando en función de las novedades y las necesidades del negocio.
• Cambiar no tiene por qué ser un riesgo. La resistencia al cambio en ocasiones nos impide avanzar. No se trata de cambiar ‘porque sí’ (si una cosa funciona, adelante con ella) pero muchas veces nos conformamos, pese a no estar del todo satisfechos, y ese sí es un error directivo que al final nos costará tiempo y dinero. Si analizamos bien todas las opciones y nos aseguramos de que la nueva solución es la óptima, merecerá la pena.
• La formación del personal es innegociable. Este punto suele ir de la mano del anterior, pues los cambios resultan aún más difíciles de asumir si no van acompañados de la información y la formación necesarias al personal que va a utilizarlos. Este es un error que no podemos permitirnos, independientemente del tamaño de nuestra pyme.
• Hasta una lavadora necesita mantenimiento. No hace falta que busquemos lejos de nuestro entorno para conocer algún caso de negocios que han comprado un software sin el mantenimiento respectivo. El resultado es que tendremos una aplicación obsoleta que pronto nos dará problemas. Esto dependerá del tipo de solución tecnológica que hayamos contratado y del uso que hagamos de ella, pero ya sea fijo o puntual, el servicio de mantenimiento de un software es casi tan importante como la solución en sí misma.

En definitiva, la tecnología y muy especialmente el software constituye una herramienta de trabajo innegable en cualquier sector de actividad, por pequeño que sea nuestro negocio, y si hacemos buen uso de ella se convertirá además en una importante ventaja diferencial que nos ayudará a posicionarnos en el mercado.

Imagen: Fotolia

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