Tecnología y eficacia en la pyme

Tecnología y eficacia en la pyme

Coincidirán conmigo en que en los últimos tiempos donde quiera que miremos, leamos o escuchemos alguna reflexión sobre el panorama empresarial y las posibles estrategias para salir de la tan traída y llevada crisis económica, aparecen dos términos de forma recurrente: tecnología e innovación. Y no es que yo no coincida con esta conclusión, pues es innegable que ambas parecen fórmulas inteligentes de sacar adelante un negocio.

Sólo digo que debemos ser realistas: un 99.8% de las empresas de este país son pymes, según datos publicados en enero de 2015 por el Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Este dato debería llevarnos, primero, a un análisis crítico de la realidad tecnológica actual de estas pymes y de su capacidad para competir en sus categorías respectivas de mercado; y segundo, a reflexionar sobre lo que podemos hacer para que se incorporen a la senda de la innovación, si queremos realmente que el tejido empresarial resulte productivo y eficiente.

Es indudable que la tecnología tiene la capacidad de volver más eficiente, rentable y competitivo un negocio, ya que mejora la gestión, optimiza la productividad, facilita la comunicación, propicia la detección de oportunidades y, en definitiva, permite una mejor organización integral. Sin olvidar que puede convertirse además en un valor diferencial para la propia pyme en su mercado de referencia.

Pero ¿qué entiende la pyme por tecnología? Por lo general asociamos la tecnología con maquinaria, equipos y sistemas avanzados, complicados y, en consecuencia, muy costosos. Y la mayoría de las veces lo son, ciertamente, no vamos a negarlo. Es por ello que muchas de estas pymes no productoras, sino generadoras de servicios entienden que no necesitan invertir en tecnología, al asociarla con instrumental y con un coste excesivo.

Pero olvidan algunos puntos esenciales:

  • La tecnología debe ser entendida como una inversión, jamás como un coste: el resultado final será el que refrende la rentabilidad de esa inversión.
  • El software de gestión también es tecnología: puede ser un software de comercialización que facilite la organización de reservas en un hotel o en una agencia de viajes; o bien las compras a través de la página web de un supermercado; o un software que se ocupe de optimizar las compras a proveedores, la gestión de un stock en un almacén o incluso las rutas de un equipo de vendedores.
  • La tecnología es mucho más que una máquina: es un modo de hacer las cosas, un conjunto de procedimientos y filosofía de trabajo que se adquieren y se aplican para facilitar la tarea con el fin de optimizarla. (No en vano proviene de la palabra griega “techne” que significa “técnica, arte, oficio”).

 

Por eso cuando hablamos de conocimiento, de know-how, también hablamos de tecnología. O, lo que es lo mismo, de innovación. Lo que debe hacer la pyme es introducir esta innovación entre sus principios corporativos y entender (y hacer entender a sus trabajadores, desde el primero al último) la importancia que tiene esta estrategia en la cuenta final de resultados.

Porque si tecnología es innovación, en la pyme esta innovación se transforma en eficacia. Y con eficacia, créanme, sí se remonta una crisis económica.

Microsoft Dynamics

Si hablamos de innovación, hablamos de Microsoft Dynamics NAV. Sólo para empresas que quieren alcanzar el éxito y están dispuestas a ponerse en manos de una solución ambiciosa, que les dará una visión integral del negocio y les ayudará a tomar decisiones estratégicas con garantías. Con la garantía Noray, el partner de Microsoft con mayor crecimiento en Canarias en la implantación de NAV.

 

Imagen: Fotolia

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