Cómo incrementar la productividad en la pyme

Cómo incrementar la productividad en una pyme (I)

Empezaremos suponiendo que uno de los objetivos prioritarios de una empresa es el incremento de su productividad. Suponiendo, digo, porque la realidad y los datos nos confirman que la mayoría de las pymes están obsesionadas con incrementar sus cifras de facturación y no siempre tienen presente cuánto les cuesta sobrevivir en el mercado.

Incrementar la productividad en una pyme no es una misión sencilla, pero si lo entendemos como un indicador de eficiencia podemos llegar a ganar más gestionando los mismos recursos.

La productividad debe ser entendida como la relación entre el resultado de un proceso y los recursos utilizados para obtener ese resultado. Podemos hablar de productividad laboral (en términos de tiempo requerido para realizar una tarea) o más ampliamente de productividad total de la organización (número total de personas, materiales, maquinaria y tiempo necesarios para alcanzar un nivel determinado de producción) pero en cualquier caso estamos hablando siempre de optimización de los recursos: cuanto menor sea el tiempo que necesitemos para obtener el resultado deseado, más productivo será nuestro sistema. Por eso debemos tener muy presente el concepto de eficiencia. No se trata de producir más, sino mejor.

Uno de los problemas más habituales entre las pymes es que no encuentran el momento de enfrentarse a este indicador y, en nuestra opinión, la productividad es un indicador prioritario si queremos saber dónde estamos para empezar a mejorar. Sí, mejorar, porque debemos dar por sentado que nuestra pyme lo necesita. El 90% de las pymes necesita mejorar su productividad y ese diagnóstico de partida debemos asumirlo antes de tomar decisiones sobre nuestro modelo productivo.

En nuestra opinión sería muy simplista evaluar la productividad únicamente valorando los factores personal y tiempo e ignorando el resto. Si queremos hacer un análisis acertado de la situación de nuestra pyme en términos de productividad debemos atender a todos los elementos que intervienen en nuestro proceso productivo:

  • Factores humanos: como mano de obra, cualificación y capacidades profesionales, o tiempos de trabajo.
  • Factores materiales: como materias primas, maquinaria o energía y recursos empleados.
  • Calidad: un elemento absolutamente subjetivo que para poder ser evaluado debe estar referido a unos estándares establecidos, que nos permita medir los niveles de calidad en productos y procesos.
  • Resultados: en términos de producto o servicios generados.

 

Una vez obtenidos los datos de todos estos factores y estimada la valoración de cuántos recursos nos cuesta la producción, habrá que considerar también el dato cualitativo. Pues la productividad en el siglo XXI se incrementa esencialmente apostando por aspectos más cualitativos que cuantitativos, como puedan ser:

  • Invirtiendo en tecnología;
  • Reorganizando el modelo de trabajo y redistribuyendo las tareas;
  • Motivando a los recursos humanos;
  • Mejorando las condiciones laborales y propiciando la conciliación;
  • Implantando sistemas de calidad;
  • Entre otros.

 

¿Cómo lo logramos? Existen múltiples técnicas que podemos implantar en la organización para incrementar nuestra productividad, pero ¿cómo saber cuál es la más adecuada? Hablaremos de ello en la próxima entrega.

(Continuará)

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Imagen: Fotolia

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