La especialización turística

La especialización como estrategia turística

Reinventarse o morir. Esa es una de las máximas del sector turístico que, por sus propias características, está llamado a reciclarse cada cierto tiempo si no quiere perecer fagocitado por el éxito de la fórmula ganadora. Una fórmula que, por repetición, acaba agotada indefectiblemente.

Cuando ofrecemos el mismo producto que el resto de nuestros competidores (en el mismo entorno, además), solemos caer en la tentación de jugar a los precios. Es lo más sencillo y, en ocasiones, lo único que podemos hacer: ofrecer lo mismo que el de al lado por menos dinero. Si esta bajada en los precios lleva consigo una merma en la calidad, a la larga estaremos perdiendo el juego y esto será algo de lo que nos costará recuperarnos. Es conveniente, pues, dejar de competir en precios y empezar a hacerlo en creatividad, en especialización, en ofertas únicas para sectores concretos.

¿Cómo hacerlo? Será necesario, en primer lugar, definir nuestro público objetivo, valorar el volumen de negocio y analizar sus necesidades y pautas de comportamiento. Crearemos entonces un concepto que incluya una gama de productos y servicios específicamente pensados y desarrollados para el colectivo escogido. Y por último comunicaremos nuestra oferta y haremos que el cliente potencial sepa de nuestra existencia.

Turismo familiar (existe un Sello de Turismo Familiar que distingue a los establecimientos que apuestan por este tipo de público como huéspedes), turismo de salud (un segmento en auge que alcanza un volumen de negocio que supera los 240 millones de euros en nuestro país), turismo gay (España es uno de los tres principales destinos del turismo gay, que crece a un ritmo superior al 10% anual), turismo de negocios (los ejecutivos en viaje de negocios se preocupan menos del precio que el turismo vacacional y llegan a gastar casi el doble)… son algunos de los segmentos en los que puede especializarse nuestro hotel.

Otras tendencias, con parejas solas durante más tiempo, hacen que esté en alza, sobre todo en Mexico y EEUU el turismo para adultos, con hoteles en los que no es posible alojarse si no se es mayor de 21 años. Este tipo de oferta ya puede verse en Europa sobre todo en restaurantes, aunque con desigual acogida, ya que hay quienes lo ven como una discriminación hacia el menor.

El llamado turismo accesible o turismo sin barreras constituye otra propuesta de especialización turística dirigida a personas con algún tipo de discapacidad o movilidad reducida, un colectivo al que tradicionalmente no se le ha prestado mucha atención, pero cuya población asciende a más de 500 millones de personas en el mundo.

El turismo ecológico, el turismo rural, el ecoturismo o el agroturismo son diferentes variedades que encuentran muchísimas opciones en un territorio con tanto espacio natural protegido como el nuestro. También está el turismo religioso, que mueve más de 300 millones de personas en el mundo atraídos por iglesias, monumentos, peregrinaciones y rituales diversos. O el turismo con mascotas: la demanda de espacios pet-friendly se ha disparado en los últimos años y esto constituye una oportunidad de negocio para muchos establecimientos hoteleros, si quieren dar respuesta a este segmento de visitantes.

Son sólo una muestra de las posibilidades de especialización sobre las que podemos sustentar nuestra estrategia comercial, pero hay más. Se trata de observar y analizar hacia cuál de estos segmentos podemos dirigir nuestra oferta y diseñar nuestro producto turístico a la medida de sus necesidades.

 

Imagen: Fotolia

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